Este 1 de mayo, desde las montañas de Sonsón que le cumplió a San Miguel, partieron los custodios de una tradición centenaria que aún cabalga entre mulas, cantos y caminos empedrados. Con orgullo, continuaron la Travesía de Mulas y Arriería por el Bicentenario de Salamina, un homenaje a la historia y al espíritu resiliente de los pueblos de Antioquia y Caldas.

Allí, con la mirada firme y el corazón lleno de memoria, los arrieros emprendieron su viaje rumbo al municipio de Aguadas, llevando consigo no solo el peso de la carga, sino también, el orgullo de representar una tradición espectacular en esta celebración histórica. Cada paso en la ruta honra los 200 años de vida de un territorio que ha sido forjado a lomo de mula.

Recordemos que esta travesía de arriería se convierte en un símbolo vivo del patrimonio cultural. La despedida estuvo cargada de emoción: entre aplausos, nostalgias y pañuelos agitados, los sonsoneños vieron partir a sus arrieros, sabiendo que su andar es también el andar de la historia que se niega a ser olvidada.

Así pues, el Bicentenario de Salamina se viste de historia, cultura y tradición con esta emblemática travesía. Más allá de una simple caminata, es una manifestación de amor por las raíces, un acto de resistencia cultural y una reafirmación del legado arriero que ha moldeado la identidad de la región.

 

Ver esta publicación en Instagram

 

Una publicación compartida por Juan Diego Zuluaga (@juandiegozulua)