La vacuna contra la fiebre amarilla salva vidas, protégete y protege a los demás.
¡Evitemos juntos la fiebre amarilla! Esta enfermedad viral, transmitida por mosquitos, puede ser grave e incluso mortal, pero lo mejor es que es prevenible. La forma más efectiva de protegernos es aplicándonos la vacuna, la cual es segura, gratuita en muchos países y brinda inmunidad de por vida. Vacunarse no solo es un acto de cuidado personal, sino también de responsabilidad con la comunidad.
Protégete y protege a los demás. La fiebre amarilla no solo afecta a quien la contrae, sino que puede poner en riesgo a personas cercanas, especialmente en zonas donde hay presencia del mosquito transmisor. Al vacunarte, contribuyes a frenar la propagación del virus y a mantener a salvo a tus seres queridos, vecinos y toda la comunidad.
Entre los signos más comunes están la fiebre alta, dolor de cabeza, náuseas, vómito, fatiga y dolores musculares. En casos graves, puede haber hemorragias o complicaciones hepáticas. Si tú o alguien cercano presenta estos síntomas, acude de inmediato al centro de salud más cercano para recibir atención oportuna.
Si aún no te has vacunado, no esperes más. Acércate al puesto de salud más próximo y solicita la vacuna contra la fiebre amarilla. Es un proceso rápido que puede salvar vidas. Recuerda que la prevención está en nuestras manos. ¡Haz tu parte y ayuda a combatir esta enfermedad!
La clave para evitar la picadura de mosquitos en zonas de riesgo puede ser usando manga larga, repelente, mosquiteros y eliminar criaderos de agua estancada.
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La creación de mapas comunitarios fortalece la prevención y respuesta ante riesgos desde el conocimiento local.
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