Rechazamos cualquier forma de violencia, porque sabemos que no hace falta dejar un moretón para causar daño.
En Sonsón donde le decimos no al trabajo al infantil, también rechazamos rotundamente los empujones, insultos, burlas y humillaciones. Nos oponemos a cualquier tipo de violencia porque sabemos que no hace falta dejar un moretón para causar daño. Las palabras y los gestos también hieren, y muchas veces esas heridas son invisibles, pero profundas. Por eso, es necesario reconocer que el maltrato no siempre se ve, pero siempre duele.
Detrás de cada burla, cada grito y cada empujón, se esconde una marca silenciosa que afecta la autoestima, la tranquilidad y la dignidad de las personas. En nuestra comunidad entendemos que la violencia no se justifica, ni se minimiza, ni se calla. Construir un entorno seguro y respetuoso es tarea de todos, empezando por identificar y rechazar estos comportamientos desde la raíz.
El silencio que sigue a una humillación pesa más que cualquier grito. Callar no es la solución; hablar es el primer paso para sanar, para prevenir y para transformar. En Sonsón queremos romper ese silencio con empatía, con escucha activa y con acciones concretas que promuevan la sana convivencia. Porque no hay excusas cuando se trata de respeto y dignidad.
No lo normalices. Lo que parece “una broma” o “un momento de ira” puede dejar cicatrices emocionales duraderas. En Sonsón trabajamos por una cultura del buen trato, donde cada persona se sienta valorada y segura. Decir “no” a la violencia es decir “sí” a una convivencia basada en el respeto, la inclusión y la humanidad.
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